WIKIPEDIA NOS DA LA RAZON.SIN CULTURA NO HAY SALSEROS

http://es.wikipedia.org/wiki/Salsa_(g%C3%A9nero_musical)

CON FUNDAMENTOOOOO¡¡¡¡ JUJUJU

Pues si, caballero, estoy de acuerdo con usted; sin cultura, no hay....nada.
El problema puede ser que en la sociedad que vivimos, rauda y veloz, se quiere todo sin esfuerzo, de forma facil e inmediata. Aprenda ingles en un mes, pierde 15 kilos en una semana, hazte salsero en cuatro clases. Pues no. Por tener una moto, no eres "motero", por bailar salsa no eres "salsero", y por tener un telescopio, no eres astronomo. Diferente es que solo se pretenda utilizar la salsa como otra forma mas de ocio, aspiracion absolutamente legitima, sin ganas de complicarte la vida.
Saludos

En fin, cada cual que opine lo que quiera, yo sigo opinnando lo de siempre, que salsero con cultura dos veces salsero, pero pa mi salsero es el que le gusta la salsa y disfruta con ella, ya darle el sentido que querais, yo le doy el mio así que respetenme!

con o sin cultura, si es con cultura mejor, ta claro, pero consejo vuelvo a dar, y es que si cultura por fuerza quieres dar, más la van a despreciar, tomarlo o cogerlo, pero la gente no se hace más salsera a la fuerza, sino que se hace más salsera por sus propias investigaciones e intereses, dejen vivir a los que solo quieran bailar como salseros jiji, aiooooooooooo

acuna matata

ser salsero es sentir laa musica en tus venas y cada vez que tus oidos escuchan la musica , tener ganas de soltar tu cuerpo y bailar al ritmo del son latino. la cultura salsera se adqiere con la experiencia y aprendiendo de otros, pero la teoria no te sirve para que al sentir un son sepas llevar el ritmo y dejarte llevar por tu pareja.
AVECES SE DEBE REFLEXIONAR SI TODO ES LA CULTURA O EL SENTIMIENTO QUE ELLA TE TRANSMITE.

Por fin!! alguien que está de mi lado!! gracias!

Voy a exponer mi punto de vista, a ver si acercamos posiciones. A mí me costó entender qué estábamos discutiendo, pero al final creo que lo he conseguido.

Cuando se abrió este debate en otro hilo del foro, me enzarcé en una discusión con un salsero. Me dijo “Tú no eres salsera” y yo me lo tomé como un insulto: “¿Has dicho que no soy salsera? ¡Válgame el cielo! ¿Me estás diciendo que no me gusta la salsa? ¿Tú quién eres para saber cuánto disfruto o no con la salsa?” y cosas por el estilo.

Mi planteamiento era que si me gusta la cerveza soy cervecera y si me gusta el fútbol efectivamente soy futbolera. Así que si me gusta la salsa, soy salsera. Y si alguien me dice que no soy salsera, se está metiendo a opinar de mis gustos, algo que no le consiento a nadie. Gran error.

Hablando después tranquilamente, comprendí que, en los países latinos, el término “salsero” se reserva para el equivalente en España del “flamenco cabal”, por poner un ejemplo, algo que no lo es cualquiera: hay que saber mucho, hay que ser un especialista. Por mucho que me guste una rumba de la La Niña Pastori, si no puedo explicarle a alguien cuándo, cómo y dónde nació el flamenco, si no puedo explicar quién fue Silvio Franconetti, no me puedo llamar a mí misma “flamenca”. Por una cuestión de simple “respeto” al flamenco y a los que sí saben de verdad, con los que no me puedo comparar. Y con la salsa pasa lo mismo.

“Salsero” en América Latina es el que no sólo baila o escucha salsa, sino que profundiza en la cultura salsera. Los salseros se reconocen entre ellos y sus conversaciones es imposible seguirlas para alguien que no lo es, porque están plagadas de títulos de discos, años de lanzamiento, músicos secundarios de orquestas desaparecidas y datos así.

Entonces comprendí que “salsero” allí significa algo muy especial, mientras que aquí lo usamos de manera común como “alguien que simplemente disfruta con la salsa”.

Creo que es imposible detener la difusión en España del término “salsero” como “alguien que disfruta con la salsa” porque ya se está usando así y eso es imparable. Así que los salseros-salseros tendrán que aceptarlo sin mosquearse. Pero por lo que a mí respecta, por respeto a los salseros de verdad, que inventaron el término, intentaré no volver a decir que soy salsera, porque en su sentido estricto, efectivamente no lo soy. Y no es nada malo, es sólo un hecho.

Larga vida a la salsa